martes, 9 de diciembre de 2008

Imprecisiones

En cierto momento, deseé que la lectura no terminara. Pero el autor, a su vez, quiso en algún tiempo –o tal vez fue así sin que él lo planeara– que la novela concluyera tras determinado número de páginas. Pasado un rato, en alguna parada de mi viaje a casa, me encontré con la página final. Y no me quedó más que leer un periódico de la semana pasada. Puta madre.

1 comentario:

El Chri Chri dijo...

Ay, Christian, qué mala onda que se te acabó el libro de Raymond Craver, yo también lo sufrí. Ni modo. Tiene varios títulos el wey. Ahí la vemos xD